Curaduría de un festival: Termómetro de tendencias
A propósito del anuncio de los artistas principales por parte de la Cervecería Nacional Dominicana que componen la cartelera del Festival Presidente, nos llama la atención los debates y reclamos de artistas sobre manifestando que un género u otro han sido ignorados, en favor del exceso de propuestas de otro género.
Sin abundar excesivamente, este es un tema digno de debate entre musicólogos, sociólogos, educadores y hasta religiosos. Lo que sí podemos señalar, sin ánimo de culpar ni defender a nadie, es cuán ambiciosamente positiva se ha tornado la propuesta artística, reafirmando al Festival Presidente como el evento musical más importante del Caribe.
La tormenta de polémicas se ha originado luego de ser anunciarse los artistas confirmados, entre estos: Justin Timberlake; Ricky Martin, J Balvin; Juan Luis Guerra; Maluma; Carlos Vives; Nicky Jam; Wisinl; Zion y Lenox; Ozuna; Farruko; Bad Bunny; y Bryant Myers. Entre los artistas nacionales confirmados están Mozart La Para, El Lápiz Conciente, El Alfa y El Mayor. Si bien es cierto faltan artistas por confirmar, los grandes ausentes han sido los representantes nativos de merengue, salsa y bachata; esto amén del merengue refinado y pulido de JLG. Estos, han sido los cabezas de cartelera y sus artistas de soporte de mediano impacto en muchos casos.
La selección de artistas para festivales de música, algo relativamente ajeno para el pueblo dominicano en general, es determinada por el público meta. La escogencia de artistas depende de las tendencias sociales del bloque cultural que define a este grupo. Traduciendo esto a una idea menos teórica: Los organizadores de festivales curan (seleccionan) en base a las preferencias del público al que están enfocados. No hay que ser un científico para determinar cuáles son las tendencias. Podemos facilitar un ejemplo sencillo: En Spotify por ejemplo, la aplicación para escuchar música en línea más popular del mundo, tiene opciones para buscar las canciones más escuchadas por país o región; amén de poderlas filtrar por gustos musicales, estados de ánimo o actividades.
Entonces, si utilizamos Spotify como base, en la sección de búsqueda general seleccionamos la opción de cuáles canciones son las más reproducidas en nuestro país, la gran mayoría son del género urbano, algunas anglosajonas, algo de pop y escasamente vemos una demanda de merengue, salsa o bachata. Los mayores usuarios de estos programas son los jóvenes y adultos de mediana edad.
Nuestros artistas del género merengue han manifestado su inconformidad ante esta selección inicial de la Cervecería, en el entendido que este debe ser el escenario donde se corone nueva vez a nuestro género rey. No puede pensarse con nostalgia ni con sentimientos, quienes llenarán el estadio consumen otro tipo de música, nos guste o no. Como dijimos al principio, este tema es deliciosamente amplio y digno de un debate multidisciplinario. Lo importante de aquí es pensar en algo: ¿Por qué ha bajado tanto la popularidad del merengue entre las nuevas generaciones?